marzo 01, 2014

Música y tiempo

I

Avanza el tiempo y van dejando de interesarnos ciertos gestos, rituales, ademanes, miradas.

Y vivíamos presas del gesto, el que se movía de manera siniestra, sin que lo hiciéramos consciente, o peor aún, siendo nosotros humanos ilusos autómatas del gesto y la mirada.

II

Hay música que golpea y masacra nuestra subjetividad, pero como vicio no podemos dejar.
Hay música que encarna lo peor de la humanidad, el resumen de la barbarie.
Hay música que nos abofetea y nos recuerda que el arte no es la expresión más cálida y noble de este engendro que somos, porque seguramente no viene de nosotros, y fue robada de algún demiurgo, así como el fuego, así como todo ese infierno llamado progreso.

Entonces concluyo, hay música que arrastra como un río todo lo que somos.

III

La vida parece larga, cien años,
tiempo suficiente, pero es falso,
un tic tac que carcome la mente y no se va,
¿cómo sería vivir la vida sin tiempo?,
¿a dónde iríamos? ¿cómo andaríamos?,
sin ese viento que nos empuja y lastima el tímpano,
recordándonos a diario nuestra vulnerabilidad.

Y la vida no es un poema que podamos corregir,
lo hecho hecho está,
y cuando la arena se dispersa la campana se quiebra,
la flecha se detiene, no hay vuelta atrás.

1 comentario:

Unknown dijo...

Chingonsisismo miriam, más de una vez he sufrido del masoquismo entre lírica y melodía, más de una vez he tropezado por querer detener la gravedad invisible que parece empujarnos a todos.