agosto 31, 2012

Significados

Hay historias que transforman, que nos tocan en lo profundo, hay personas que inspiran y que de alguna manera nos devuelven la fe, hoy me topé con una de ellas.

Este mundo es profundamente oscuro en muchos sentidos, es doloroso, el terror es el pan de cada día para muchos, la tristeza, el hambre, la angustia carcomen la esperanza. Allá afuera hay un infierno, en donde la barbarie acontece, hay gritos, hay lágrimas, hay amargas tardes, una realidad que sobrepasa la ficción, en donde la pólvora y el llanto se funden en lo cotidiano. 

Soy una mujer afortunada, nunca he sufrido, no conozco la amargura, no he estado jamás al borde de la insania, mi infancia fue una cajita musical llena de dulces, colores, abrazos y amores, mi juventud una fiesta, mi presente un verdadero hogar.

Y de entre todo ese abismo que en ocasiones se encuentra en el corazón humano, a veces sobrevive alguien, y al hacerlo vuelve a nacer, pero ahora con una misión, y la energía que despide es un soplo divino de fuerza y fe.

Hay personas que inspiran, a amarnos a nosotros mismos y a los demás, a cuidar nuestra familia, a apreciar el tiempo, a no desistir jamás, a ser estoicos ante la tragedia, a no echarle la culpa a nadie y a ser responsables de nuestras decisiones, a tener la frente siempre en alto, repleta de dignidad y agradecimiento por ser quienes somos, porque somos gracias a nuestros padres y amigos y todas esas historias que van tejiendo el hilo de los días.

Hay personas que inspiran, y que con su ser nos dicen: "Ama la vida tal cual es y sobrevive, a diario sobrevive con profundo amor a lo todo lo que hagas y si un día te topas de frente con la muerte, mírala a los ojos y con serenidad abrázala, tal vez seas tú quien reciba el cálido abrazo de una segunda oportunidad".

agosto 19, 2012

El fin


Hubo un terremoto, yo estaba en mi carro y de tan fuerte que fue, mi carro dio dos vueltas completas, el segundo piso se fundió con el primero, el suelo se desprendió, el agua no dejaba de brotar de la tierra, definitivamente era el fin.

Muchos decidieron quedarse, pero nosotros nos iríamos a China, lugar de oportunidades, lugar que estaba en la cima del mundo, lugar de montañas, en donde nunca pasaría nada. 

Lo primero que hice fue guardar cuidadosamente los cds y películas que realmente significaban, algo de ropa para cubrirme del frío y una mochila llena de latas de atún; la electricidad se había ido en todo el continente, afuera sólo reinaba la desolación y el terror, y por eso tenía que aprovechar la poca luz natural que quedaba para guardar todo lo que nos acompañaría en nuestro viaje sin fin.

Subí a lo que era el techo de mi casa y pude divisar un lúgubre éxodo hacia la antigua China, todos subían esa gran montaña para llegar a la indestructible China, ... quedaban los últimos rayos de sol y la tierra no dejaba de bailar, el llanto asolaba nuestros días. 

Nos unimos al contingente marchando silenciosos y desesperanzados de todo lo que alguna vez nos perteneció, ahora seríamos refugiados en un país que acogería al resto de la población, la cual se había reducido aproximadamente a un 30%.

Transcurrió un agitado y aciago año, después de haber marchado en la adversidad y el hambre, como animales que por puro instinto buscan sobrevivir, llegamos, y los que lo hicimos vimos un paraíso, mientras subíamos las elevaciones de la cordillera China, las flores engalanaban todo el horizonte, un mundo de colores y texturas recorría nuestros sentidos, los frutos frescos caían de los árboles por montones y los comíamos en un éxtasis frutal, la esperanza finalmente volvió y la danza era una fiesta de vida.

A lo lejos pudimos ver a muchísimos chinos vestidos de blanco que venían a recibirnos, aplaudían nuestra llegada y nos entregaban canastas de frutas y flores, nos abrazaban, nos sonreían y compartían con nosotros su edén. 

Ahora puedo decir que ni el lenguaje ni la identidad importa cuando hay fiel hermandad. El mundo era por primera vez uno solo.

agosto 01, 2012

!Adolebit, adolebit!, !damnant pythonissam!



Era un siglo viejo, cubierto de polvo y viento. En el pueblo ocurrían cosas raras, en alguna ocasión una mujer caballo vestida de novia realizaba piruetas mientras me sonreía, su mirada me decía que lo hacía para mi.

La superstición fue mi desgracia, tuve una gemela que el pueblo asesinó por creer que encarnaba el mismo mal, mi suerte fue distinta pero no menos terrible, me encerraron en su cripta para cuidar su sueño eterno, el pueblo creía que ella sostenía pacto con Satán. 

Me confinaron a esa oscura cripta mientras poco a poco me consumían los minutos, horas que parecían no tener fin, estuve a punto de la insania, deseaba con los restos de un espíritu aún no quebrantado que algo sucediera y al paso de ocho infernales años algo aconteció, el terror me invadió por completo, de manera súbita mi hermana despertó, lo único que alcancé a vislumbrar fue que ella abría lentamente su tumba y el chillido de los goznes penetraba con terror todo mi ser, se miraba idéntica al día de su condena, su cabello era espeluznantemente largo, liso y negro, por alguna extraña razón irradiaba lozanía y belleza, se levantó silenciosa, como si sólo hubiese pasado un instante, abstraida, adormilada, se encontraba de pie dándome la espalda. Me sobresalté e hice lo posible por escapar de ese castigo escalofriante que me había reservado mi pueblo. Que no quede rastro, dijeron, enterramos el mal por completo... 

Una fuerza descomunal me hizo presa, rompí las cadenas, encerré a mi hermana con un madero viejo para ganar tiempo y enadrenalidada llegué a casa de mi madre quien desde hacía tiempo me daba por muerta, le grité desesperada... -"No desmayes, no cuestiones, déjame explicarte!..., mi hermana ha revivido y yo nunca morí". Mi madre se sorprendió pero me acogió en sus brazos, ella comprendió y me escondió en un sótano  hace años clausurado, me tranquilicé y mi madre se fue; cuando encendí la vela ella estaba ahí, con su larga cabellera imitando mi voz detrás de un rostro que encarnaba el maligno. Tan sólo emitió estas palabras: "El pueblo viene por ti, hermana, convencí al cura de mi largo penar en esa cripta, !maldita bruja!".