agosto 06, 2010

En la morgue

Esta vez no fueron pétalos, estabas ahí…en la morgue, envuelto en plástico…y te contemplaba triste…triste. ¡De súbito!, el plástico se movió y renacía la esperanza, mágicamente recobrabas la vida para mi alegría. Te levantabas sonriendo, vigoroso, fornido, casi podría describirte robusto; con tu mirada me decías que jamás estuviste enfermo, todo fue un gran error, te levantabas de esa habitación de hielo y con tu risa iluminabas al mundo.

Estabas vivo, te recuperaba y con tus brazos y tu siempre silencio me decías ¡aquí estoy hija!

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