octubre 31, 2005

Los policías y otras ignominias

Ayer estaba disfrazada y me senté afuera de un oxxo a ver unas fotos en una camarita, en eso llegan unos policías y me preguntan:
Esclavos de mierda- “qué está haciendo usted sola a estas horas?”
Caralampio- Estoy sentada (con cierto tono de “es obvio pendejos que no ven?”)
Esclavos de mierda- Porqué nos lo dice con ese tono, ¿usted ingirió algo verdad?, vamos a mandar hacerle una revisión.
Caralampio- ¡No me chinguen!, que no puede estar una mujer sola sentada tranquilamente a las 3:32 de la mañana? ¿Es pecado o qué chingados, nomás porque soy vieja?, aquel hombre está solo, ¿porque no van y le cagan el palo a él?
Esclavos de mierda- (se bajan de su vehículo y me explican que ya viene una unidad con una mujer para hacerme la revisión correspondiente, se acercan hacia mi y yo sin pelarlos ni inmutarme les digo):
Caralampio- Ya hombres, ¿que no son inteligentes?, no pierdan el tiempo conmigo y váyanse a trabajar.
Esclavos de mierda- ¿Sabes qué compañero?, ¡esta vieja está enferma, mejor vámonos!
Caralampio- Ignorándolos sigo viendo las fotos y los mando mucho a la chingada, seguro para la otra voy a ir a parar al bote y voy a perder mi virginidad de nunca haber estado en una celda, y todo por hocicona y orgullosa, pero que buen sabor de boca me dejó haberlos mandado a la chingada en su cara y prefirieron huirme a escuchar la sarta de babosadas que les hubiera dicho una vieja feminista-histérica y mamona como yo. ¡Salud por eso Miriam!.

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