mayo 19, 2022

Maternidades insurrectas

¿Se puede ser madre fuera del patriarcado - es decir, fuera de la violencia obstétrica, de tratar a la mujer como un receptáculo o un vientre cargado de simbolismos masculinos rosas y etéreos que dictan cómo ser madre?- o, se puede ser madre y feminista como reacción al patriarcado?: ¡por una maternidad deseada!

Partera del viento que genera equilibrio y bondad.

1. COMBATE UN CLICHÉ

Las madres son las únicas trabajadoras que nunca tienen vacaciones, que no solo viven la doble jornada: el trabajo de casa y el trabajo de fuera, sino una tercera jornada: la del escarnio social si no son heroínas sacrificadas. Yo digo que deberían irse de vacaciones y bajarse de este carro un solo día, a ver cómo le va al mundo capitalista. Con solo este acto, ¿quién sacaría la basura por la mañana?, se crearía una nueva pandemia y un desequilibrio ambiental que nos devolvería a la pre-historia. ¡Por favor!, dejen de invisibilizar el trabajo de ama de casa, se les cae su teatro mal hecho.

2. RECUERDO DE NIÑEZ MATERNO

Siempre voy a recordar a mi madre en una escena color amarillo. Eran los 80, vivíamos en el info del río en Tijuana y a veces ella planchaba al llegar del trabajo; el olor que despedía la ropa calientita y los rayos incansables de las cinco de la tarde inundaban la casa de color amarillo. Yo la veía, pensativa y hermosa, y me gustaba mucho sentir esa calidez, ¡gracias por esa imagen de ti que es película que se repite una y otra vez!, escena intacta del corazón en que siempre te llevaré.

3. AGRADEZCO HABER APRENDIDO

Soy una contradicción que camina. Puedo decir que soy una atea cristiana. 

3. MADRE REBELDE

Mi abuela Justina nació en 1920, se casó a los 30 años y fue madre de dos hijos, cuando iba a tener el tercero prefirió abortarlo porque la pobreza en la que vivían no le permitiría ofrecerle una vida digna. Fue el escarnio del pueblo del Habal, en Mazatlán, Sinaloa. Para mí fue un sujeto con agencia que desafió el qué dirán, la admiro, de ella vengo yo, su sangre está en mí, ella fue Justina, mi abuela. Quizá en su memoria de bruja vieja encarnada en esa mujer le susurró al oído algunas claves, yo le aplaudo a su memoria.

EPÍSTOLA SORORA

Querida madre: 

De niña nunca pensé que algún día te alcanzaría y seríamos tan contemporáneas, pienso que si tú naciste en 1958 y yo en 1982, entonces ambas abrimos un portal en 1970 donde ambas emergimos en este mundo para encontrarnos en algún punto. Me está encantando la idea de envejecer juntas, porque ahora te comprendo más, sé de tus miedos, de tus deseos, de cada uno de tus movimientos, puedo comprender tus decisiones y veo con admiración tu temple y carácter frente a los instantes oscuros de la vida, en donde siempre permaneciste incólume.

No puedo más que sentir agradecimiento por todo lo que me enseñaste, porque fui capaz de tomar decisiones que hicieron de mi vida ese remanso de paz que ahora siento; porque no atenté contra mi dignidad ni salud, porque sigo en este plano gracias a tus oraciones mágicas y a tus bendiciones constantes.

Hoy quisiera regresarte todo, que tu rostro siempre reviente de carcajada y que conozcas el mundo. Sé que te encanta ser bonita, y siempre lo serás, madre, porque la que es bella es bella, y si lo eres por fuera, tu belleza interior tan explosiva se traduce en bondad y una paz que no sé cómo dibujar en las palabras.

Te amo, madre.

LITERATURA ORAL

¿Qué sucede cuando una madre engendra a una criatura y en ese instante muere?, ¿a dónde se va ese lazo vital que se trastoca con la muerte?, ¿en dónde es el encuentro de esas almas que jamás se tocaron ni se vieron a los ojos?, ¿en qué vacío se guarda el susurro y la palabra cancelada en la enunciación vacía y hueca del grito de un hijo?-...





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