Poiesis,
ser un poco diosa,
el revés de la realidad
acontece,
erigiendo otros mundos posibles.
En la letra hay cosmos,
el tiempo es un ojo brujo-humano,
el tiempo es al agua,
como yo soy a la tierra.
El tiempo de la espera,
El tiempo del click,
El tiempo de la memoria,
El tiempo que resbala
y cae a la alcantarilla,
la gente que en su ingenuidad
sigue existiendo.
¡Inmóvil episodio del presente,
constante gota que no cae!
¡Oh, la muerte!,
¡dulce anfitriona del destino humano!
La vida gira despacio
y aun así no la alcanzo,
y esa vida se pierde
entre semáforos,
y un disco rayado
que suena incesante,
repetido, brutal.
La identidad es un cuento
al que le he creído.
He de morir,
así como fenecen los imperios,
así como revientan los gusanos.
Y los fonemas que fui
serán decibel de viento,
eco profundo de abismo de mar.
Cada día es una despedida
de cada día.
Cada trama guarda en sí misma
todos los ayeres.
Añoro una tarde amarilla de hace veinte años.
noviembre 11, 2020
LA TRIPLE MIMESIS – Paul Ricoeur
noviembre 03, 2020
¿YA TE ACORDASTE DE MÍ? – Por Keyla Keylish (en taller de escritura creativa)
Después de tantos años recorriendo calles y montañas, luego de tantos momentos bellos y tristes juntas (suspiro), ¡por favor, intenta recordarme!, ¡haz un pequeño esfuerzo!
Soy aquella con la que compartías
música, risas, secretos y consejos.
A quien salvaron en varias ocasiones de
las rejas.
Quien ha defendido siempre sus derechos,
sin pena ni consciencia de las consecuencias.
Quien escupe y rompe la autoridad con
sus propias uñas.
Con la que amaneciste en Santa Cecilia
bailando rock y cumbias mientras la gente pasaba ebria rumbo a sus hogares o
barriendo sus puestos para iniciar su jornada de trabajo.
Quien tiene un concepto de vivir como si
de repente hubiera explotado un frasco enorme de vidrio construido por su padre,
repleto de normas sociales, y ahora los pedazos y partículas vuelan disipándose
en la nada, ¡porque me dan flojera, y ya ni pienso en ellas!, porque, ¿cuánto
tiempo estaré aquí como para vivir la vida como me dicen otros?
Miriam… ¿ya me recordaste?