marzo 26, 2004

OCIOS Y OCIOSIDAD: Se nos ha dicho que el ocio es perjudicial, que en esta vida se tiene que venir a producir o si no nos convertimos en fracasados; vivimos en la era de la inmediatez, cualquier cosa que hagamos nos indica tiempos y movimientos, todo se ha convertido en producción, en mercantilización y la percepción ha cambiado; esta es una categoría posmoderna, Nietzsche profetizó la llegada de esa condición; con este pensar...dice Nietzsche que se quebrantan las aficiones nobles, el ocio es la fuente de la sabiduría si se sabe administrar...(aun yo hablo en términos de administración), mejor dicho, el ocio es necesario para equilibrar esta cultura de ambición. A causa de este duro trabajar y tensionar el cerebro, lo que se consigue es que en el verdadero tiempo libre que es poco se caiga en la ociosidad en el sentido de no tener ganas de pensar, sino solamente dormir; este es otro narcótico, se pierde la salud y la interacción con el mundo...un ejemplo de ello son las nuevas tecnologías, la comunicación vía correo electrónico es muestra perfecta de la rapidez a la que estamos sometidos, ya no se impregnan de la esencia personal las cartas, ya sólo son datos fríos y mecánicos. (que conservadora verdad?.. justamente estoy escribiendo en una computadora de hielo...)


LOS CUATRO GRANDES ERRORES, AFORISMO II: Nietzsche critica la falta de voluntad de los religiosos o quienes practican esa moral imperativa, esa moral que dicta lo que es bueno y lo que es malo, que no deja pensar al individuo y lo amenaza diciéndole de qué manera actuar y si no es así le infunde el miedo hasta por los poros inventándole monstruos y demonios que no existen, imponiéndole como destino de su futura muerte no una tranquilidad o un vacío, sino la angustia del crujir de dientes y el llanto eterno.
Este es uno de los cuatro grandes errores, pues al llenar de miedos al hombre solamente lo debilitan y no lo hacen fuerte de pensamiento y voluntad, en cambio Nietzsche exalta un cuerpo bien dotado fisiológicamente, que no sea cruel con sus instintos, que complazca sus necesidades, sólo de esa manera será feliz, un ejemplo de ello (aunque burdo) son las mujeres que se ocultan bajo ese moralismo y esa careta de santas que la iglesia y la sociedad les impone y son tremendamente infelices porque reprimen muchos de sus instintos más naturales, tales como el querer bailar desenfrenadamente, el querer disfrutar de un buen beso…pero no lo hacen porque esa moral va contra la naturaleza del ser humano, de eso se queja Nietzsche.
Critica a Luigi Cornaro, quien a los 100 años escribe la obra “Delle Vitta Sabia” en la que Cornaro escribe que para llegar sano a dicha edad, se debe hacer una dieta de carne, pan, yema de huevo, pesando una libra en conjunto y con un poco de vino; este tipo de dietas debilitan al ser humano, el no comer lo suficiente y el no hacer nada que haga envejecer o dañar los órganos orilla al individuo a una vida sin sabor, una vida apaciguada y tranquila casi de asceta, en la que se pretende eternizar al cuerpo que a fin de cuentas va a morir y sin haber disfrutado de los excesos de la vida.
Nietzsche exalta los instintos y la voluntad, contrario a ello, la Iglesia y la moral define lo “malo” como lo instintivo. Una persona instintiva es libre, no está atada a la influencia tiranica de una manera de ser, la espontaneidad de quien actúa por instinto es de admirar porque fluye en espíritu sin tener que apaciguarse a sí mismo, sin tener que lascerarse por la culpa y el temor que han infundido mentalidades ajenas, mentalidades represoras y degeneradoras de la vida.

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