mayo 24, 2014

Beso líquido

Sus dedos recorriéndome,
mi piel quiere reventar,
volverse lava;
caricia que es fuego, 
penetra profundo
y lento.

Un beso líquido,
marejada que me envuelve
y despierta pulsos 
hasta ahora desconocidos,
lato, palpito, me dilato,
necesidad de fundirnos,
su cuerpo en mí,
mi cuerpo en él,
danza tribal
que no tiene final.

Sus ojos en mí,
!tan abiertos!,
absorben quien soy,
desnuda,
transparente.

Lo pruebo, 
descubro su néctar,
engullo su olor,
saboreo cada poro,
gramo a gramo.

Una cadencia,
es rota,
respiro febril, 
sus manos grandes
me envuelven,
me funde entre sus piernas,
me abraza,
caricia en la espalda,
lienzo libre para amar,
su lengua me recorre
en un lenguaje nuevo,
su cuerpo y el mío 
se confunden,
!siento!
no sé si soy él,
no sabe si soy yo,
su pecho caliente 
late vertiginoso,
el mío dócil 
olvidó y ya no sabe
decir no.

Fricción que estremece,
violento entre mis piernas,
me deshace,
dolor, placer,
se trastocan,
somos agua que fluye,
!estamos vivos!
torrentes de sangre,
sudor y placer 
extallan en
orgumios en una
sobrehumítica agopausa.

Tiemblo,
ya no soy cuerpo,
trasciendo.

1 comentario:

Julián Bastidas Treviño dijo...

¨el mío dócil
olvidó y ya no sabe
decir no¨

Temblar y trascender.

Qué se da primero, Miriam?