Ojos repletos, esperando verlo todo,
ojos que contienen al universo entero.
Nariz desarraigada, salvaje,
por donde entra la vida
en pequeñas gotas de verde.
Boca que es puente de historias,
recinto húmedo que emite
queja, canto y poesía;
abismo cálido
donde se erigen los besos,
desde el fondo de la entraña
que teje pulso y sentimiento.
Oreja que bebe a sorbos las notas,
receptáculo de sentires viejos,
tránsito de guitarra, piano,
de añoranzas, de tragedias.
Manos desbocadas
queriendo tocarlo todo
antes de partir,
manos con líneas del destino
desdibujadas a puño abierto,
sangriento, digno...
en un round con la vida.
Manos desbocadas
queriendo tocarlo todo
antes de partir,
manos con líneas del destino
desdibujadas a puño abierto,
sangriento, digno...
en un round con la vida.
Gesto ingenuo,
gesto de horror,
gesto de embeleso,
gesto de frío,
de hartazgo,
de queja,
de fiesta,
de amor.
Voz que es canción,
a veces melodiosa,
a veces nefasta,
al fin voz nuestra,
de todo lo que somos
y seremos.
Pies andantes,
que se quedan,
retroceden,
y dan saltos,
pies que dudan
y se paralizan.
gesto de horror,
gesto de embeleso,
gesto de frío,
de hartazgo,
de queja,
de fiesta,
de amor.
Voz que es canción,
a veces melodiosa,
a veces nefasta,
al fin voz nuestra,
de todo lo que somos
y seremos.
Pies andantes,
que se quedan,
retroceden,
y dan saltos,
pies que dudan
y se paralizan.
Y así vamos paso a paso,
aprendiéndonos,
descubriéndonos,
queriendo entender
lo que somos,
a veces todo tan sencillo,
a veces todo tan complejo,
perseguidos por el tiempo
hasta el fin de nuestros días.
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