Se me ha solicitado plasmar mi experiencia en el “Taller de Expresión Literaria”, no sé si podré describir sin la ayuda de mis compañer@s estudiantes lo que esto ha significado para nosotros; considero que el lenguaje es una ventana que comunica a lo inefable, es darle color a los sueños más bizarros, es traer a la vida lo profundo del espíritu humano, no obstante a veces la sensación de alegría y plenitud se puede expresar mejor con un bello silencio y una sonrisa de fondo.
Iniciaré describiendo de qué se trata, este taller surge como un espacio en el que se pretende que los estudiantes compartan y aprendan a comunicarse a través del diálogo, la lectura y la escritura; definitivamente es una de las actividades que más me gusta de trabajar en el Instituto Salvatierra, y he podido observar que ell@s también la aprecian, quizá porque ahí, en esa aula se puede ser y decir, se puede imaginar y plasmar, se puede soñar sin restricción, y creo no exagerar cuando afirmo que se puede volar con la libertad y las alas que la pluma ofrece.
En el taller se logró romper un poco con lo que implicaría una clase tradicional, ya que mucho de lo que sucedió ahí fue producto del diálogo constante y lo que los estudiantes deseaban aprender o hacer, de ahí mi profundo agradecimiento a cada uno de los que formaron parte y no dramatizo al decir que cuando se llegaban los miércoles una sensación de dicha invadía el ambiente; preparar los ejercicios era divertirme, leer sus escritos era sentarme en el escritorio, beber una taza de café, poner buen rock y dejarme llevar por todo lo que los distintos mundos podían ofrecer, les comentaba, les ponía sellitos, caritas y en receso seguía la discusión sobre si hice una buena o regular interpretación de sus ejercicios.
Mucho de lo que se escribió fue tan genial que incluso se dieron a la tarea de abrir un blog del cual ellos son responsables, donde sin restricciones pueden plasmar lo que sienten, los distintos universos que se dibujen en sus sueños, en sus utopías, donde unos a otros pueden comentarse y retroalimentarse para bien. Este blog se titula “Crónicas de los extraños” y lo curioso es que cuando escogieron el nombre se dieron cuenta de que en ese salón convivían estudiantes de cada uno de los semestres, y aún siendo extraños pudieron formar un universo “veniversum” en el que caben tod@s, en donde ser diferente es parte del atractivo que conforma al ser humano.
Otra sección que me parecía divertida y un espacio en donde la palabra fluyó fue “Asaltos mentales”, ya que cada miércoles llevaba preparadas varias preguntas que cada uno respondía libremente, mientras me daba a la tarea de medir el tiempo, señalar con un campanazo sus muletillas, barbarismos, pleonasmos, cacofonías y extranjerismos, y al final tod@s aprendíamos.
A modo de conclusión, espero con ansia que inicie este nuevo semestre para seguir dialogando, leyendo y escribiendo en ese “veniversum” sorprendente donde ser extraño es el requisito para ser bienvenido.