diciembre 10, 2009

Reconciliándome con el cosmos


!Cuán sabio es el tiempo, pero a veces qué lento!
!Cuán triste y horrible es ser egoísta y celoso!, ser presa de paranoias y de sentimientos o deseos que se vuelven lastre cuando no dejamos ir.
!Qué pesar es vivir pendiente de salvaguardar lo propio!, cuando nada es de nadie, !nada es de nadie! la posesión nos posesiona y nos diluye en un ser que no logramos reconocer.
Soberbia, orgullo enceguecido y dignidad, !sentires que se vuelven lastre y nos arrastran por calles empedradas!.

El amor es libertad, una vez que se deja de ser quien uno es por convertirnos en ideal de los demás las cadenas vuelven; no es posible amar sin ser completamente honesto consigo mismo y con nuestros más anhelados sueños, suprimir nuestra persona en honor a otra es construir un castillo...sí, castillo de naipes sobre arena.
Me he reconciliado con el cosmos y he observado que es hermoso, que nunca fue un monstruo, que incluso es musical, que tiene armonía y amor para dar, que no tiene el ceño fruncido sino puramente magia y esplendor.