¿Quién inventa las reglas?, ¿a quién convienen los discursos culturales?, que si puedes o no puedes hacer esto o aquello, trepar árboles por ser niña, maquillarte por ser varón, ser el amo de casa, ser la presidenta del mundo.
Ia stoi arta!, no nos enseñan que todo discurso es contextual, que a las palabras como a las hojas, sí se las lleva el viento y tienen un significado que ha sido delineado para ciertos tiempos, y no hay nada inamovible bajo el sol, ayer fuimos unos, hoy seremos otros.
¡Invéntate la vida que desees!, no le debemos nada a ningún discurso, y si te sales de él, inventa nuevas reglas para tu propio mundo, pero sé libre y feliz.
¡Que no se te olvide!, el lenguaje fue hecho para comunicar que no se puede cruzar dos veces por el mismo río, ¿por qué tendrían que ser los mismos significados hoy que hace veinte siglos?
No mi amor, cuestiona los usos culturales del lenguaje y deconstrúyelos.
"Todo documento de cultura es un documento de barbarie", decía Walter Benjamin.
Somos monstruos culturales.
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