¡Qué maravilla!, estos idiotas no me pueden atrapar.
Acabo de nacer y ya puedo volar, amo mi vientre abultado, bien alimentado. Llevo dos horas de vida y ya me he posado sobre un pastel, un mango y la mierda del histérico dueño de esta casa.
¡Qué maravilla!, sí, soy un insecto díptero, y mi vida será una brevedad, de darme al placer, de ser conciente de mis alas, de cantar todo el tiempo este bello zumbido que no es más que melodía extática de vivir rodeada del hedonismo más puro.
¡Epicuro!, !hazle como quieras!, todas tus teorías, tu carta a Meneceo y tu gran filosofía no me harán renunciar y sucumbir ante las carnes, la mierda, la vida.
!Oh libertad soñada!,
gratitud infinita,
voy ligera,
soy poesía en movimiento,
soy ojos bien abiertos.
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