!Qué vacuidad sentirse amada por nadie!,
que ese nadie me piense,
que mi ser se asome a ese dulce abismo de la nada,
que esa sombra lúgubre del olvido no me aletargue sino me vuelva libre.
La gélida oscuridad que me abraza y me abrasa,
la imposibilidad de una vida libre y una mirada que conecte,
la brevedad infinita de pertenecer a un suspiro,
ojos bien abiertos,
único destello de identidad,
única luz que explica quiénes somos.
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