Creo en la fiesta sobremanera, en las ojeras cargadas de desvelo, en el cansancio bonito, en los vagos recuerdos de una noche bohemia, y en ese sentir que queda como un destello y que da brillo a los días.
Creo en una vida en la que el gélido viento de la libertad nos nuble la vista, nos haga pasar hambres o hasta tropezar, pero ¡oh bendita libertad!
Creo en caminar, con lluvia, sol o nieve, siendo viajera constante, buscar la vida, abrir los ojos, andar.
Creo en amar, al vecino, a la vecina, pero amar; con dignidad y con pasión, con libertad y erotismo, pero amar.
Creo en el bien morir, en estar siempre listos, en ser agradecidos con el tiempo, con la gracia de haber nacido, con esta conciencia que en este instante escribe y comparte quien soy.
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