Lo explico así, una noche resulta que por pura casualidad más del 50% de la población dejó de soñar, por lo que las sombras aprovecharon y se escondieron en la hoja en blanco del cerebro, y tras, por la mañana ya habían tomado el mundo.
Los seres humanos dejaron de soñar porque ya todo estaba escrito, porque su imaginación ya lo había planteado todo, y estando tan malgastada, se sobrecalentó y tronó.
Sin imaginación no se sueña.
La sombra es fresca como lechuga, tiene todo por decir, todo por imaginar, todo por hacer.
Ahora les toca a ellas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario