¿Cuántos milagros suceden sin ser vistos?
Dentro de toda la ceguera a la que nos hemos acostumbrado, a veces hay:
- Miradas efímeras de dos que pudieron haberse amado.
- Auroras boreales vistas por nadie.
- Payasos de ciudad que bailan al ritmo de la música dentro de tu cabeza.
- Tragafuegos que regalan epifanías de agradecimiento a transeúntes desconectados de la vida.
- Palabras que nacen como una burbuja y que después nadie vuelve a mencionar jamás, y la dijo un niño, por supuesto, en su tremenda gloria de ser el dios de su propio mundo, el creador de sus propios sueños y el destructor de Cartago.
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