RESPIRAR: Todo el viento del mundo en mis entrañas, todos los huracanes de fatales tormentas alimentan la bóveda interior de lo que soy. Respiro, recuerdo que respiro, recuerdo que respiro y respiro, respiro y recuerdo que recuerdo, recuerdo que recuerdo y respiro, entonces todo mi ser late como si dentro de mí se contuviera el incendio primigenio.
IMAGINAR: Cuando hago pausa y hago nada suelo ser muy feliz, porque en la contemplación imagino, me voy y me sumerjo en el espacio de lo imposible, donde invento todas las formas de mí, donde nacen mundos en una caída en abismo que no tiene fin.
LLORAR: Últimamente la marea de la luna ha eclosionado en mis esquinas, me siento conmovida, me duele la música, me conecta la gente, me siento rendida ante algo que no comprendo, como si hubiera entendido por fin cuál es el sentido. Es hermoso inventarse una vida, renegar de los lineamientos, decir que no a la estructura y pintar de colores absurdos y hermosos mis días. ¡No vuelvo a ser esclava de nadie!
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