Ojos de agua tibia,
ojos melifluos que me miran.
No hay salvación.
Un puente de madera cruje en reversa,
se construye después del abandono,
es un instante,
el fuego combativo de Gengis Khan
erige una civilización.
Te vi y encontré un paraíso perdido,
tus ojos brujos de ciénaga tranquila,
tus ojos de la primera tarde apacible después del big bang,
tus ojos que rebobinan el tiempo concentrando todos los siglos.
Viajo al infierno negro de tu pupila y ahí me quedo.
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