Es muy sencillo, no enaltezcas las cosas, viaja ligero, por las cosas hemos matado, torturado. Las cosas que te dan poder de tener más cosas.
Recuerda, dictadores han venido y se han ido, el mal no puede ganar, siempre se disuelve.
No hay imperio que no caiga por su propio peso y que al final sobreviva una sombra, una mala sombra de una pobre ventana a la arrogancia de un mal corazón.
No me cansaré de repetir y de recordar a qué hemos venido al mundo, sencillas las palabras, sencilla la instrucción: amar.
Es un instante, que no se te olvide, es un instante.
Y después, la nada.
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