1. Bienaventurado aquel que vive la amistad como el amor verdadero, ese sí es inmutable, eterno e imperecedero.
2. A la hora de la verdad, la muerte es un sendero de tránsito a otro espacio o ser, la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. ¡Qué curioso!, al final de todo sí somos eternos.
3. La vejez debería ser la graduación de la vida, ese lapso en que ya vas desnudo de todo: de juicios y prejuicios contra ti mismo, de temores, de pesares, de anclas y de dolores. La vejez debería se el estado infantil, pero con una pensión para viajar.
4. Afortunado aquel que sí nació, vio, olió, sintió, caminó, tocó, escuchó, amó. Nacer es ya triunfar.
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