Encontraron un pequeño monstruo arrogante y apestoso a acidez, con una voz aguardientosa y como de ultratumba y a la vez aguda como insoportable.
Estaba escondido en un árbol de roble antiguo, hecho bolita, sudoroso y maloliente.
Lo entrevistaron y le preguntaron que cuántos años había pasado encerrado ahí, dijo que desde el inicio de los tiempos. Nos dijo que un diablo lo encerró ahí porque envidiaba su poder, aun así, era capaz de cumplir sus objetivos a distancia, era omnisciente.
Al final nos confesó que era la muerte, y que de ahora en adelante los humanos viviríamos más de doscientos años, porque ella no es mala, pero estaba aburrida.
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