¡Hey, tú, Palmera!, deja ya de hacerte pasar por Miriam, tú eres Palmera nada más, yo soy Miriam, no sé por qué te crees una profesora de literatura y filosofía, si no eres más que una ladrona; yo en cambio vivo en las sombras, buscando comida en la basura, durmiendo abajo de los puentes, vengo a que me devuelvas mi nombre, ¡no tienes vergüenza!, he de demostrar que eres Palmera, así sea lo último que haga.
La toma del cuello, la tira al suelo, y la obliga a gritar: "yo soy Palmera, me rindo... este no es mi mundo". Se intercambian el lugar y entra Miriam a este mundo a seguir viviendo debajo de los puentes y a seguir buscando comida en la basura.
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