Voy directo hacia el abismo,
y no hay eco que devuelva mi silencio,
puentes rotos entre nadie,
soy reflejo en la oquedad del abandono,
transparencia fútil y vacía.
He nacido la mitad,
algo en mí golpea desde dentro,
no respondo,
melancolía que me llueve con el viento.
Ebria desde el instante,
siempre sed,
siempre sed.
Soy la sombra que no encuentra,
soledad de camposanto,
huella en la arena
al saberme polvo y tiempo.
Soy lenguaje sin memoria,
naufrago en mi recuerdo fatigado,
no sé cómo emerger de ese crepúsculo,
me he olvidado de mi historia.
Hecha de fuego,
me asomo al destierro
llueve en mí,
todo rastro de mi rostro
se diluye, el frío
anquilosa este incendio.
No hay lenguaje,
palabras vacías,
silencio profundo
de las alcantarillas.
¿Quién soy?,
no me encuentro,
tristeza infinita
de ser a destiempo.
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