El 2019 viví un proceso de enfermedad que me hizo replantearme la existencia completa. Yo le llamo ExDengue-Tifoidea, y el resultado: intestinos, diarreas, alucinaciones, anemia, caída de cabello, manchas.
Pero ahora, conciencia física, soy un cuerpo, tengo un alma, soy tan efímera como el viento, y sé que el resto de tiempo de vida no hay otra cosa qué hacer más que agradecer la conciencia que soy: amar, observar, sonreír, porque habrá un día que todo resto de razón desaparezca.
Ser Flor de un día, decía Marco Aurelio.
En el 2019 me reinicié, entendí qué significa volver a nacer y darle un sentido fresco a la vida, a las palabras, a las acciones.
Sin duda, cambio de paradigma, vuelta de tuerca, otra oportunidad para ser desde el espíritu, para ver más allá de mí.
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