¡Tan pequeña que eres!,
tan ínfima muñeca de trapo,
un diente del diente de león,
desgarrada por dentro,
¿hay un adentro?
yo diría que un hueco.
Y ¿cuántas historias no vividas?,
por tu absurda timidez,
por tu absurda facultad
de ser nadie,
de ser ninguna,
transparente.
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