Es muy mía la muerte.
Desde hace años estoy consciente de mi finitud y procuro vivir despidiéndome. Tan es mía la muerte que todos mis últimos cumpleaños han sido divertidos velorios en los que bailo, canto, como y honro la sangre que todavía corre por mis venas.
Nacer para morir.
Morir para vivir.
Vivir para nacer.
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