febrero 26, 2011

Naricitas


Le vi aquella noche cubierto de color y de esperanza, con sus enormes zapatos que pateaban al mundo y esta realidad sombría. Le vi bajar bañado de luna al bar de aquel sótano mugroso que narices frecuentaba hace ya algunos ayeres en aquella frontera violenta. Le vi porque yo estaba ahí, esperándole.

Hacía ya varios años que le había conocido en ese mismo bar, pues todas las tardes solía visitar aquel refugio que entonces tanto significaba; recuerdo a detalle la primera vez que lo vi porque un mar de confusión arrasaba con esa vida mia.

Puedo verlo claramente, me encontraba fumando un cigarrillo en la mesa de la esquina y en uno de los momentos en que más negra y sola parecía la tarde entró él, majestuoso en su traje roído, con unos ojos tristes que se encubrían en esa siempre sonrisa que su maquillaje dibujaba, y cada uno de sus pasos abría a dulces puntapiés ese castillo de espeso humo y miseria mientras paseaba en su triciclo rojo rayándole la madre al mundo con una voz aguardientosa que inequivocamente era cosquilla para el alma; esa noche le conocí y lo recuerdo muy bien porque mi vida jamás volvió a ser igual. Ese sótano era el punto de encuentro y a pesar del arsenal de bienaventura que representaba para mi en esos días, pude notar que sus ojos ocultaban algo.

Nos hicimos grandes amigos y juntos recorríamos la ciudad, nuestras copas tintineaban y decían !salud!, nuestros pies caminaban los parques y los kioskos mientras él hacía reír a los niños. Una noche de octubre fui al sótano a buscarle y no lo encontré, al día siguiente también lo hice, fui todos los días durante meses y no le volví a ver; de repente Naricitas se desvaneció en el aire y de mi vida por siempre sin saber la razón.

Cientos de tardes han pasado desde la última vez que le vi, ya soy vieja, el tiempo transcurrido me ha quitado las ganas de vivir y los recuerdos de aquél payaso vuelven a mi como tormento de fuego; ayer decidí volver a ese bar para respirar el mismo olor a pino con tabaco que usualmente perfumaba la escena; he preguntado por él y me han dicho que rumores han llegado de que es ahora un payaso viejo y deprimido consumido por la soledad y el alcohol, dicen que la única que le acompaña es una perra, quien reluciente en su sarna, babosa y leal compañera le acompaña, su nombre es Gretel.
Nunca sabré si lo que han dicho han sido rumores; pues nadie en estos veintidos largos años ha tenido noticia de él.
He llegado a la barra y veo que han cambiado de dueño, un joven se acerca a mi y me entrega una carta que parece muy vieja, me dice que el antiguo dueño le ordenó que eventualmente yo volvería y que estuviera atento a una mujer de peluca rosa, con una naricita de payaso. Me entrega la carta, la leo, muero de dolor y tomo un trago.
!Pobre Narices!, quién diría que terminaría muriendo de forma tan trágica…; sabía que sus ojos ocultaban algo, él se tiró de aquél puente.
Lo único que decía ese papel amarillento era:
"Perdóname M., nunca aprendí a vivir..."
Y en aquél bar todavía se escucha su risa y esas dulces mentadas de madre que adornaban mis días, pero Narices se ha ido, disolviéndose en el humo de su cannabis…para siempre.
Y yo... yo con él.

febrero 21, 2011

Someone is watching




Ella se durmió en posición fetal a las 12:04 am, lo supo porque a esa hora programó su alarma, era mucho el frío que se colaba por todos lados; Elena gustaba de dejar las puertas abiertas y una luz encendida en el pasillo por aquello de los aparecidos. Siempre fue una chica llena de inseguridades y miedos de los más absurdos, aunque no se podía negar que disfrutaba del horror en las letras, algunas veces se le pudo observar absorta leyendo a Lovecraft, no sin manifestar largas pesadillas por la noche.

Le temía ante todo al hecho de ser observada, pues con frecuencia soñaba extraños rostros humanos que según ella contaba, se los topaba dispersos en la calle y también la miraban con esos ojos tiesos y repugnantes que claramente podía distinguir de entre aquellos engendros que la acechaban burlonamente..., a la menor provocación cualquier objeto que estuviera fuera de lugar provocaba en ella un frío extremo y el terror de pensar que había una conspiración entre esos misteriosos y desequilibrados rostros que secretamente la observaban con lascivia y que -según notas de su diario-urdían un plan para matarla.


A las 12:05 am comenzó a escuchar ligeros sonidos que subían y bajaban de tono, parecían ser carcajadas, pero no de un timbre de voz humano burlón o sarcástico como es normal...; sino de un tono escalofriante que los recursos de la descripción no alcanzarían a esbozar, un ambiente pesado comenzó a descender y poco a poco fue sintiendo cómo un peso la ahogaba; ese peso fue el que no le permitió moverse, y sus manos entrelazadas dibujaban una súplica para quien la viera en esa posición; Elena estaba conciente de las voces, las miradas, seres que su intelecto no podía descifrar, se acercaban lentamente mientras en su desesperación inmóvil nada podía hacer. En su pesadilla quiso mover por lo menos un dedo de manera frenética, pero por más fuerza que su cuerpo invertía, nada pasaba.

No se rindió y se mantuvo luchando contra la sardónica carcajada que le lasceraba el espíritu; a las horas escuchó la puerta principal abrirse y con ella entró la esperanza, luego unos pasos que apresurados subían la enorme escalinata que conducía a su habitación, después escuchó que alguien corría torpemente por el largo pasillo, se escuchaba cerca, ahora el recalcitrante rechinar perenne de la puerta de la alcoba, mientras el reloj marcaba las 3: 19 am.

Ahora son las 3:20, alguien llega, se acerca, la busca en su lecho, no la encuentra, da la vuelta y por un instinto extraño se asoma por debajo, horrorizado da un paso atrás tropezándose con el buró, una lámpara cae y el sonido chillante del vidrio hiela la escena mientras él emite un grito seco que aterradoramente pone fin a la pesadilla.

Ella se encontraba bajo la cama en la misma posición fetal que al momento de dormir, tiesa, dura, catatónica, con una expresión en el rostro narrando una historia que jamás nadie entendería, una lágrima emanaba de sus ojos. Elena estaba muerta.

febrero 20, 2011

Vórtice


La anarquía de la tierra se aparece otra vez...y la sorpresa nos sorprende.


Un dejo de vulnerabilidad abraza a nuestra ciudad y la siempre latente posibilidad de que todo acabe, resulta agradable sentirse especial, con la ligera sospecha oscilante de que o no pasará nada o quizá todo se lo lleve un vórtice.


Que dance rebelde la firmeza de nuestras ideas y se sacuda nuestro suelo epistemológico nos invita a pensar que cualquier cosa puede suceder, quizá la clausura de la gravedad está próxima o un corrimiento al azul ocurra en una velocidad imperceptible al ojo humano y el universo se contraiga al momento en que todo organismo vivo guarde un silencio inexplicable y la materia deje de moverse debido a la eminente clausura de la gravedad.


Es intrigante que haya un quiebre en lo cotidiano, una señal que nos recuerde nuestra condición efímera y nos haga repensarnos como mamíferos erguidos y como seres espirituales.


Emocionante no saber que esperar de nuestros días.

febrero 12, 2011

Pero el viajero que huye tarde o temprano detiene su andar...


Sí, quizá un invento del ser humano en el siglo XVI, tal vez un pretexto para consumir peluches y chocolates el "Día del amor", una serie de sustancias segregadas para copular, una idea que alimenta los días y embadurna de magia lo cotidiano del ser, una danza de dos al amanecer, una pauta para pensarse como humano y no sucumbir a la frialdad de esta selva de concreto, una ideología que nos lleva a cometer locuras que le dan sentido a esta extraña condición de estar vivos, un absurdo pensamiento que nos hace vibrar.


El amor definitivamente no son palabras, no son cartas de amor ni chocolates, no son flores, no son listones de colores ni son ideales por los que mueres (quizá eso es puramente necedad y orgullo), pero tampoco es el deseo, que principalmente tiene como base el egoísmo; no es la felicidad, sentimiento de bienestar y placer de los sentidos, pues nos hace feliz una copa de vino, un buen café, un tango de Gardel...


Y si no son palabras, ¿acaso es demostrar?, ¿qué queremos demostrar?, consideración, respeto, empatía, escuchar, acompañar, sacrificar, dar, ceder para ser con la persona amada. Somos un ente tangible, de carne y hueso con cinco sentidos y una razón muy limitada que mayormente admite lo que es a través de la demostración; si fuésemos espíritu entonces no tendría importancia demostrarlo.


Pero, ¿para qué demostrarlo?, ¿qué será simplemente amar y ya?, acaso un ideal atrapado en el fondo de un cerebro, unos sentires que no tienen recipiente para vomitarse y que ensimismados mueren en cautiverio.


El amor es dolor, es abatirse, es lágrima, es apego, es una necesidad que bien vale la pena inventarse, es plantar una raíz en un otro diferente de mi, es no viajar en este tren solos, con un alma silenciada, abatida por decir, por susurrarle a las horas, por tratar de escapar un rato de esta condición humana solitaria, es definitivamente compartir.


Enamorarse es sencillo, pero aprender a amar es donde radica el misterio, seamos o no correspondidos comprender este arte es una de las cosas más difíciles y deliciosas que hay, quién sabe qué sea el amor, pero me quedo con que a veces el amor propio rebasa cualquier intento por amar y no ama quien no se da.


Un pensamiento más pragmático quizá considere que el amor nos vuelve débiles, pero siendo la existencia tan corta para qué necesitamos el orgullo y el poder, si tenemos el amor, con ambos sientes y esta vida se trata de sentir, empero los primeros únicamente engrandecen el amor propio mientras el segundo alcanza para repartir a manos llenas, con una mirada, una palmada, un par de oídos, un consejo, un apretón de manos, un abrazo quebrahuesos, una palabra de aliento, un beso, una sonrisa, un brillo en los ojos que es capaz de deslumbrar lo oscuro y perverso de este mundo.


El amor es en definitiva el invento más hermoso que el ser humano fue capaz de crear, lo más inteligente que ha hecho, inspiración de grandes historias e ideales, la fuerza suficiente para organizar sociedades más justas y convivir en armonía, la humildad para aceptar a todas las criaturas en su total diferencia, el ánimo para cantarle al tiempo que se nos da, agradeciendo esta fuerza vital que nos invita a seguir y apreciar los días en su completud !porque son gratis y son un regalo que azarosamente nos ha tocado a bien experimentar!


El amor es algo que deseo aprender, una utopía que quisiera fuese la lámpara que alumbre mi camino, un maestro de vida, una filosofía que no necesita ser demostrada para que funcione, porque nosotros lo hemos creado y así también podemos destruirlo.


El amor es una elección.

!Ashhh!

¿Por qué será que los artistas deciden pasarle el micrófono al público justo en la canción que deseábamos escuchar de su viva voz?, ¿será que lo planean con malicia y mórbidamente se burlan de los onehitwonderos que vamos exclusivamente a escuchar ese éxito para cantar hasta llorar?, ¿me pregunto qué se ganan con echarnos a perder su propio concierto?

febrero 08, 2011

Plátano con pelo


No quiero imaginar el día en que al pelar un plátano encuentre un cabello humano al dar la primer mordida; un sobresalto burlón acaricia mi paz mental cada que realizo tal ritual.

Y no quiero porque quizá ese sea el presagio para la hecatombe, la señal que nos avise la cercanía del armagedón, el momento en que tenga que tomar mi maleta, las llaves del auto y huir.

Vivo con el desasosiego de saber que cuando esa aberración suceda será la debacle, la marca de Caín que la raza humana tatuará en su frente por siempre y avergonzados por haber profanado un lugar sagrado, nuestra pachamama, nos lanzaremos en aglomeraciones nefastas cual Lemming por los riscos hasta pintar de escarlata los mares.

Cuando eso pase espero estar preparada para enfrentar el ocaso, tener un espíritu guerrero y no sucumbir ante el extravío decadente de mi raza, cuando suceda quiero presenciar por última vez el 11:11, una lluvia torrencial, bailar al ritmo de los truenos, gritar muy fuerte, beber una cerveza y estar sentada en mi silla mecedora tomada fuertemente de la mano de mi amigo y compañero, resistir juntos la carnicería que por grandes necedades nosotros mismos habremos provocado.

Para ese entonces ya se ha de haber vivido en carne propia la transmutación de todos los valores, el imperio yanqui será el basurero de chatarra electrónica del mundo e India ostentará el poderío global; en México reinará la anarquía y únicamente sobrevivirá quien haya aprendido a no depender del consumo.

Un periodo sombrío se avecina, ya puedo oler las cenizas, el cielo se ha tornado rojo, la carnicería humana es un indicio, una estela de radiación nubla mi visión...

Ahhhhhhh, por qué está tan oscuro, !ahh! mi piel arde, !de dónde sale toda esta ceniza!, !ahhh! ¿alguiennnnnnnnnnnnnnnnnnnn?, !ayuda!.

La hecatombre ya ha sido...