octubre 31, 2005

Boom, han explotado las bombas atómicas y el mundo se ha hecho pedazos.

El silencio de luto hacia alguien

Que pérdida, que dolorosa pérdida ante el quebranto de nuestro estar y no-estar, estoy casi segura de mi soledad ulterior, me llegarán los hechos y las cosas a manera tardía, cuando me encuentre en el desquicie absoluto, y sí habrá lloriqueos, arrepentimientos y reflexiones; en mi caminar nada está determinado, me puedo morir mañana, quizá hoy me disfrace de payaso y me ponga a cantar en las plazas, o si un circo me invita a participar yo gustosa me voy, siempre quise trabajar en un circo o de bailarina en algún lugar donde se hagan grandes shows con disfraces hermosos, brillantes y elegantes, espero algún día llegar, mi cuerpo requiere de movimiento.

Mi incapacidad de estar quieta

Quiero escuchar todos los discos de Dream Theater, clavarme gacho en cada una de sus letras y en el bombo, el pedal, los platillazos de la pila, en los rasgueos de esa guitarra de Petrucci, en cada detallito, así… a manera obsesiva me vale, lo quiero todo.

Los policías y otras ignominias

Ayer estaba disfrazada y me senté afuera de un oxxo a ver unas fotos en una camarita, en eso llegan unos policías y me preguntan:
Esclavos de mierda- “qué está haciendo usted sola a estas horas?”
Caralampio- Estoy sentada (con cierto tono de “es obvio pendejos que no ven?”)
Esclavos de mierda- Porqué nos lo dice con ese tono, ¿usted ingirió algo verdad?, vamos a mandar hacerle una revisión.
Caralampio- ¡No me chinguen!, que no puede estar una mujer sola sentada tranquilamente a las 3:32 de la mañana? ¿Es pecado o qué chingados, nomás porque soy vieja?, aquel hombre está solo, ¿porque no van y le cagan el palo a él?
Esclavos de mierda- (se bajan de su vehículo y me explican que ya viene una unidad con una mujer para hacerme la revisión correspondiente, se acercan hacia mi y yo sin pelarlos ni inmutarme les digo):
Caralampio- Ya hombres, ¿que no son inteligentes?, no pierdan el tiempo conmigo y váyanse a trabajar.
Esclavos de mierda- ¿Sabes qué compañero?, ¡esta vieja está enferma, mejor vámonos!
Caralampio- Ignorándolos sigo viendo las fotos y los mando mucho a la chingada, seguro para la otra voy a ir a parar al bote y voy a perder mi virginidad de nunca haber estado en una celda, y todo por hocicona y orgullosa, pero que buen sabor de boca me dejó haberlos mandado a la chingada en su cara y prefirieron huirme a escuchar la sarta de babosadas que les hubiera dicho una vieja feminista-histérica y mamona como yo. ¡Salud por eso Miriam!.

La Otredad y yo

Que difícil es conectarse con alguien, me hubiera gustado tener una hermana gemela, igualita que yo en todo para que no haya pedos, que caguemos a la misma hora y que nos hagan un baño donde quepan dos pares de nalgas y que leamos el mismo libro mientras cagamos, que mi sueño se conecte con el de ella y cuando yo esté triste ella me de un abrazo y me entienda, que comprenda mis explicaciones chafas de cómo veo la vida y lo que planeo y lo que deseo, que no me limite a establecer un final ni esclarecimiento alguno.
Méndigo lenguaje… cuanto se mete con mi vida destruyéndola y a la vez ensalzándola, es mi pinchi cruz, una cruz que yo cargo gustosa y que pudiera sangrar, desgarrarme, desollarme y aplicarme todas las de la santa inquisición y no dejaría al preciado y tan confuso lenguaje.

No se puede conmigo, no puedo conmigo, habiendo tantas razones para vivir e incontables libros por leer, me quiero comer todas las letras, quiero aprender a bailar todos los bailes, me gusta el movimiento, no me quiero quedar quieta, estar quieta para mi sería la muerte. Pero a veces me canso de mi y me duele, hay dos miriams, una que quiere romper con todo, ir escindiendo con la espada las ramas espinosas que la hacen sangrar, luchar contra los demonios y gnomos malditos que le muerden los pies, pero a veces guarda la espada y agacha la cabeza y se deja tragar por los monstruos, esa miriam no me gusta, las cosas son fáciles, …porqué pues complicarlo todo, tardarse en todo, ¿a sacar la basura no?, a sacarla de una buena vez que ya es hora, la basura que traigo dentro y que me hace oler mal, que me trae todo el día rodeada de gusanos y moscas que me van comiendo poco a poco.

Dios y otras creencias

No sabía que de alguna manera sí creo en Dios, alguien me lo dijo.
Si no niego la existencia de Dios por completo sin determinar mi pensamiento e identificarlo con un rotundo e inmutable NO, entonces hay algo de sí en mi creencia o fe. No me daba cuenta de eso, el cristianismo me fue vacunado y la sustancia se ha quedado en mi.

Asevero que no creo en el Dios de los cristianos y mucho de lo que dice la Biblia, por supuesto menos aun en las religiones; tampoco creo el mito infantil del infierno o cielo, ni en el más allá de la muerte o la vida eterna, nada más no lo niego…, o sea no digo DIOS NO EXISTE porque yo no puedo asegurar algo ante la grandeza de lo incomprensible, aun estar viva y despertarme me parece un hecho que jamás entenderé, que está más allá de mi y de lo que según mi limitada razón me dicta.
No creo en lo definitivo, en el conocimiento absoluto; probablemente por lógica y sentido común debería aseverar mi no-creencia, pero no, ni siquiera creo en la lógica, prefiero adentrarme al caos y no establecer ningún parámetro (acaso esto suene a flojera de pensamiento o miedo de delimitar un juicio lógico, hasta parece aun cobardía de no querer descubrir mis entrañas ante la reacción y los juicios morales de la multitud enardecida y turbulenta, la masa compuesta de conceptos que se tragan ya masticados, ideales y respuestas de cajita feliz MierDonald´s), sin embargo no es así, sus juicios no me afectan.
Tampoco no me interesa Dios, ni su “existencia” ni su “no existencia”, lo veo como un fenómeno cultural que se ha venido pasando de generación en generación; la respuesta más fácil es decir que por “miedos” o “soledad existencial” se amarran de la capa de lo sagrado, para no congelarse con la realidad monótono-insignificante de vivir sin alguna pasión. De algunos es la música lo que llena ese vacío, de otros los comics, el sexo, el lenguaje, las películas, cada quien se religa a sus deidades.

Se dice del alma que necesita saberse protegida por la sombra magna de un ser supremo y cansados de la modernidad que no para (tal es el efecto del american dream TIME IS MONEY que la producción en serie no respeta horarios ni se inclina ante la noche) y se vuelven locos con el tic-tac constante de un tiempo lineal que poco a poco va ahogando en hastíos a la humanidad, por ello esperan con ansia ese descanso eterno; ya decía por ahí cristianos necrofílicos... “amantes de la muerte” y lo que les ofrece la mentirilla sagrada de la vida eterna donde “no habrá necesidad, ni tristeza ni dolor, porque entonces Jesús el Rey del cielo, para siempre será el consolador (...¿se siente la vibra?).

El Mesías nunca llegará, si el señor Jesús alguna vez murió en la cruz y fue maltratado injustamente por su propia gente fue porque el ser humano es un animal sadico-masoquista, el dolor siempre ha fungido como agente primordial en la vida humana, si fuera legal matar no dudaríamos en echarnos a ciertos sectores, entre políticos y policías sin ningún reparo. Además el dolor es lo que nos lleva al grado más elevado de nuestra existencia, si no se sintiera seríamos tragados por la desgracia “feliz” paraíso de mentirosos que están infestados de las termitas de la superación personal empresarial, casado-casa-hijos-trabajo remunerable-comodidades y ya.

Si los aviones se hubieran inventado en el medioevo se hubieran evitado tantas muertes sardónicas y masoquistas por las creencias, los aviones hubieran visto que el mundo es curvo, que el cielo es simplemente gas y que no somos los únicos gueyes en el universo, pues habiendo aun en nuestro pequeño mundito tantas culturas, como sería posible adoctrinar y pastorear a millones de seres humanos que crecieron en tiempos discontinuos, con contextos dispares y otras formas de expresión. Todas las invenciones traen su doble filo y no son ellas las malas de la telenovela, sino el bruto del ser humano que va y le saca punta a los beneficios pisoteando a centenares por obtener la comodidad y el placer.

¿Cómo esperar una venida ulterior del hijo de Dios y dejarle la bronca a él de que nos salve de nosotros mismos?. Bestias somos ya y si entre gobiernos se cometen actos bárbaros en nombre de la “PAZ” no vendrá otro Mesías, otro Gandhi ni algún otro salvador ante esta catástrofe disfrazada de naciones unidas y filantropía ante países desvalidos.
Todo se destruye, ¿cómo creer en algo pues?, las cosas son mutables, se descomponen cuando menos vemos, de un día para otro el mundo cae, y no cae a pedazos, se viene completito sobre los hombros de alguien, se desploma y el Estúpido y a la vez el Divino Lenguaje lo descompone todo, -que si dice uno algo mal, que si lo dice con cierta carga de maldad, que le alcen a uno la voz con intenciones malsanas, que los puentecitos de comunicación se destrozan y queda uno colgado de un lazo a la Indiana Jones-, interviene además la pinchi borrachera y los estados de ánimo, méndigo lenguaje, ojalá pudiera tragármelo todo y poder unir las palabras en mi mente de forma ordenada y saber qué quiero decir sin cagarla, pero no, todo es un basurero mental, mi cabeza es un dompe donde habita pura mierda, y sí…la coprofilia a todo lo que da.

Entonces mi creencia a lo baboso es que hay una “energía” a lo star wars, y no le rindo culto, pero si pienso que es natural y es la obviedad más tangible, más inmediata, -me diría un científico, o hasta un niño de primaria: “pues claro que hay energía, ya que con eso nos movemos”, y ese es mi argumentito de quinta, no se puede explicar eso del no-Dios, porque siento que no soy más que un pequeño marranito que no sabe nada y el universo es tan vasto que no poseo el control para decirlo, me limito al nombrarlo y si le rindo culto pues chingueasumadre,…me retracto, siempre sí me inclino ante esas fuerzas, es más, voy a hacer mi propia religión para mi solita, mi propio Dios starwarense, pienso que si no le rindiera culto a la vida que es sinónimo de energía, entonces ya las hubiera dado desde cuando, a mi me gusta la magia (no la pinchi magia de circo) y querer aferrarme a ello me hace apreciar más las cosas, no me gusta la realidad así de seca, y si por tener mis Dioses ocultos de closet soy débil, entonces me declaro débil y le cantaré y le alabaré a mi señor, quien sabe cual señor, todavía no le pongo nombre, ah! pero tiene que ser vieja, si un cuerpo ha de tener le voy a meter feminismo a todo lo que da, va a ser LA DIOSA, quizá se llame Sharon y sea amiga de Ishmajá.

octubre 24, 2005

N.A.D.A.

Un hueco en el alma, la necesidad de yacer bajo las cobijas y no despertar jamás, la necesidad de quedarse callada y no usar otra vez nunca más los labios, la boca, las manos ni el corazón, y callar lo que queda de uno, tragárselo y no escupirlo, pero resulta difícil cuando lo que se quiere es vomitar y terminar con un escupitajo estos sentires malignos, mórbidos.

Por otro lado está el movimiento, el constante pensar de una nostalgia no comprada, no pedida a nadie e incrustada en mi espalda, como cuchillos a traición, soy una cobarde, me declaro discapacitada, no quiero salir, no quiero hablar con nadie de nada..., que mi cuarto tenga la fuerza bruta de un ataúd sellado, que me echen por debajo de la puerta migajas de pan y que sea mi alimento...que nunca tomaré, pues la inanición me consumirá.

Siento que rompo mi destino, lo quiebro sobre mi cabeza haciéndome daño, hiriéndome sin tener poquita consideración de mi, hay gente que espera, hay quien me espera y yo traiciono y me alejo, me escondo y no doy la cara, soy una cobarde, soy nadie, soy basura.

Hay alguien que ya ha dicho, esta mujer no vale nada, le doy la razón, le doy mucha razón, soy pura palabra, dónde mis hechos, dónde mi sentido de vida, mi instinto vital, dónde queda... qué hago aquí, las preguntas que me adolecieron me vuelven.

Hay mucho espacio en esta tierra y me consume, quisiera estar en todas partes y hoy no estoy en ninguna, me duele no estar allá, irme de aquí, no saber la vastedad de percepciones que se encuentran en los lugares, en la cascada aquella que nunca conoceré, en aquel rinconcito de la montaña... un espacio no descubierto jamás por ningún hombre, un santuario no tocado, no mancillado por espíritus modernos.

Silencio Blanco

Soy como un gusanito que ha de metamorfosearse en mariposa, después esta ha de cagar y una parte del alma de la mariposa se ha de convertir en abono de plantas para volver a renacer como el ave fénix, y respirar el viento puro de los campos de maiz, ser comida por un ser humano a punto de nacer y estar de vuelto en esta tierra, en movimiento, rodando por el espacio-tiempo que no se acaba, que persiste a pesar del progreso que funciona como cangrejo, .... pero que bueno que el tiempo no es más que una concepción de la naturaleza limitada del ser humano, de su "razón" que más que ir para adelante se estanca en la inmediatez de la rapidez onírica de nuestros tiempos.... Huyo de mi para aparecer en ese campo de maíz y ser otra vez ese gusanito que se arrastra, que va lento y ningún pedazo de tiempo encerrado en un reloj molesta... me ahuyento de mi condición humana para ser esa mariposa que vuela tranquila y emigra por los altos cielos hasta llegar a su aposento. Me digo adiós tranquilamente para ser parte de ese excremento que servirá de abono para las plantas que a su vez alimentarán a ese bebé que he de ser yo en un ciclo infinito de nacimientos y muertes, de naceres... de muertes que culminan en un pacífico silencio blanco.

octubre 04, 2005

Corría el año del 82'

I
Corría el año del 82’…, no era un verano cualquiera, la piel de la ciudad lucía extremadamente seca. Hacía un calor pegajoso que orillaba a terminar en un bar en cualquier día de la semana; extrañamente en ese momento las hojas caían tristes, expirando su verdor en un café seco, casi grisáceo. El cambio climático se dejaba ver y se sentía en el ambiente provocando una pesadez inherente a todo el que respirara ese oxígeno sediento de hidrógeno, pero aun así él tenía que salir obligado de su lecho tibio a enfrentarse con la vida, a tener esa voluntad férrea que no lo hacía más valioso por tenerla, sino que el estómago se lo ordenaba; no era heroísmo ni virtud, acaso un fuerte deseo de liberarse de las necesidades fisiológicas que tanto le aquejaban, él no disfrutaba el platillo de comida, lo engullía para saciar el terrible dolor de la gastritis que le provocaban las malpasadas.
Él sabía que el fin de semana no tendría inicio, ya que nunca los tenía y en su vida no había ciclos, todo era una lineal monotonía de trabajo constante para mantener su estómago y el de su familia.
Se olía el cansancio en sus ropas, se intuía el agotamiento de su mente presionando un mismo botón hasta altas horas de la noche.

II
La gente caminaba abstraída en las calles del centro de la ciudad, con la rapidez del estrés que destruye, robotizados por la cotidianidad del trabajar constante para no vivir del todo, con la presión cargada sobre sus espaldas en una cuesta interminable.
Esa rapidez no era natural, la gente realmente no tenía nada que hacer en sus vidas vacías, no había motivo para correr y ellos le querían ganar al tiempo para nada, quizá deseaban olvidarse de la luz diurna para ahogarse de oscuridad, de noche y de sueños.
¿Porqué apurarse entonces para llegar?, ya sea a una casa desolada, con el eco vacuo en cada esquina, o a una casa llena de gente y peleas. No obstante ellos corrían casi atropellándose entre sí para ganar el taxi y huir de la ciudad, desertar del híbrido monstruoso urbano que no ofrece otra cosa que violencia, atracos, smog, drogas, ruido de carros que atorados en el tráfico aumentan el aburrimiento, la frustración y la violencia.

III
Gelasio era un muchacho delgado y muy interesado en la literatura, siendo rebelde desde pequeño no debido a su carácter, sino a los golpes que le dio la vida, pues fue abusado sexualmente cuando niño y golpeado a extremos indecibles.
Lo llegaron a expulsar de varias escuelas hasta que decidió no continuar; sin embargo no necesitaba de la Institución ya que él podía enfrentarse a los libros y comprenderlos de manera astuta y sagaz, pero todo ese pesar que corría por sus venas y le robaba el aliento reprimiéndolo, lo fue acorralando en el pesado camino del sin sentido y la desgracia.

IV
Ese día Gelasio se levantó cansado como siempre, por haber ingerido alcohol a cantidades industriales una noche anterior, tan sólo para olvidar y dejar de sentir el peso del mundo encima y reír como un tarado o llorar desesperado; esas noches de alcohol se fueron prolongando primero como un juego, luego como un escape a su sentir confundido. Llegó a tener alguna que otra novia por presión social pero nunca estuvo conforme, las tenía por aburrimiento y siempre jugaba con ellas.
Un día de borrachera se acostó con la novia en turno y quedó embarazada, ese fue el principio del fin, el parteaguas de su existencia, el segundo en el que se gestó una vida y se apago su vela.

V
En ese año fue empeorando su alcoholismo, llegando el punto en que perdió el conocimiento y se cayó de boca quebrándose los dientes, su vida se fue desmoronando pedazo a pedazo con el ligero presentir de que estaba marcado por la tragedia.
Se refugiaba en los libros de Wilhelm Nietzsche y de Pessoa, la literatura era su vida y también lo que lo condujo a la…


VI
Una noche de las que parece que el universo y la causalidad arguyen secretamente el plan del infortunio, llegó borracho como siempre y tuvo una fuerte discusión con la novia en curso, la cual ya vivía con él por estar embarazada; ella le gritó reprochándole que cuáles eran esas horas de llegar, él con la presión de la monotonía de un trabajo que lo robotizaba y con el dolor de haber perdido sus dientes en una caída tan estúpida lo traían con el ánimo por los suelos, ella siguió gritando hasta que él le dio un golpetazo en la barriga y se cayó desmayada. Después de un largo silencio él trató de ayudarla, pero intervino su suegra y se armó tremendo pleitazo.
A ella la llevaron al hospital, ya que le faltaban dos semanas para que naciera la niña y él estuvo pensando toda la noche, muy arrepentido en lo que había hecho, meditó largas horas su estancia por este espacio y se dio cuenta que para él no valía la pena respirar, sentía que el infierno lo quemaba tan sólo al abrir los ojos cada amanecer.

VII
Esa mañana nublada del 4 de julio se despertó como un sonámbulo, aun bajo los efectos del alcohol-depresión, nunca se le había visto con tanta determinación, resuelto en una decisión meditada en esa noche perversa; lloró de la manera más consciente que pueda haber y odió haber nacido, desdeñó cada momento inútil en su vida cayendo en la más terrible depresión.
Con la ceguera corporal pero certeza y convicción mental se levantó muy temprano, sintiendo el estremecimiento de otro terrible día y buscó por la casa algún objeto que le ayudara a cumplir su cometido. Se fue al patio y tomó una cuerda que lo esperaba desde hace mucho, en la que cada hilo fue entretejido para soportar su delgado cuello. Después de unos segundos de temblar, de mascullar la decisión en murmullos para sí, se escuchó decir con un dejo de desaliento: “Gelasio, Gelasio, Gelasio”, quiso encontrar por última vez un sentido a ese nombre que enclaustraba en una premura onírica sus cortos 21 años.
Escuchó su voz diciendo su nombre y en su mente sólo aparecían signos ajenos, s, i, a, o, g, l, e, pero no le daban un significado.
Enseguida amarró la soga a las escaleras de su casa en forma de horca y se la puso sobre el cuello, a sabiendas del dolor y de lo que vendría: la maravillosa nada, la calma y paz del no sentir, de la inconciencia total y el dejar el suplicio que es la vida; se encaramó a la escalera más alta y se dejó caer, tuvo la opción de subir los pies a la escalera pero no lo hizo, su deseo de desaparecer fue más fuerte que el instinto de supervivencia y esos breves segundos de certeza en los que pudo haberse retractado, los dejó ir muy lejos y se perdió entre la nada, pues ni purgatorio, ni infierno, ni cielo, simplemente como un triste Lemming sintió que estaba de más en esta tierra y prefirió la muerte.

Incluso cuando no llegó a conocer a la pequeña que gestaría… aún en su paroxismo la bendijo, y esa tranquilidad de este ser valiente que no salió por la puerta falsa, sino por la puerta que escogió libremente nadie se la quita. Se disolvió en el silencio.

VIII
La mayoría de los velorios son tristes, pero ese en especial hizo miserable la vida de mucha gente, algunas personas no comprenden el porqué del suicidio y solamente juzgan de cobardes a quien lo comete, pero quizá lo dicen porque no se han visto en la misma situación que Gelasio, ese chico embadurnado de existencialismos, de tantos ismos que le atormentaban su alma sensible, él fue incapaz de soportar una vida así de real, tan impregnada de la más vulgar de las acciones, de la celda que para él representaba respirar. No lo comprendemos y quizá no lo entenderemos nunca, pero a todos nos pudiera pasar y aun cuando moralmente se diga “no, nunca lo haría porque no quisiera dañar a mis familiares”, estoy segura de que estando en una situación límite aun el más cobarde de los cristianos se aventaría al barranco del suicidio.

Hoy su bella nena tiene sus ojos, ojos tristes también, mirada que nunca llegará a ver a quien la procreó y sentirá ocultamente el secreto de familia que aun sin ser dicho lo trae muy hondo en los genes, en su sentir de bebé que huele y siente todo.
Ella ha crecido y sabe de este hecho y le duele, y entre sueños ve una soga en forma de horca amarrada a un árbol, no le deja de atormentar la amargura y vacío que su mamá le hace ver, pues la aflicción sucumbió con lo poco que quedó de ella y su sentimiento de culpa ante los hechos.

Una noche cualquiera, de esas en que la lluvia deshace las calles, los puentes y las almas, la niña Caralampia se levantó cual sonámbula y como si todavía existiera el cordón umbilical de la desgracia ella prefirió perseguir sus sueños y seguir el patrón de su destino…bang.

Hoy la vida pasa ante los ojos del mundo sin problema, el universo nunca se centró en el punto insignificante de los problemas de Gelasio y Caralampia, el padre y su niña yacen tranquilos en una tumba de la Ciudad de Tecate y las plantas ya han echado raíz, los árboles crecen sobre esa tierra, árboles frutales, de sombras frescas, árboles amigos que permiten acercárseles y escribir en ellos, en un árbol yace una inscripción: “Gelasio y Caralampia dos seres en el olvido natural de la energía que se transforma, convertidos en árboles de un universo mutante y peculiarmente accidentado, el cual pudiera desatar el caos y deshacer de una vez por todas la lineal y egocéntrica razón humana”

R.I.P. S. S. G.